Cada año, al llegar el final del ejercicio, las empresas deben enfrentarse a uno de los procesos más importantes de su gestión financiera: el cierre contable anual. Este procedimiento no solo permite conocer si el negocio ha obtenido beneficios o pérdidas, sino que también sirve de base para planificar el nuevo ejercicio y optimizar la carga fiscal.
Realizar un cierre del ejercicio contable de forma correcta garantiza que las cuentas reflejen la situación real de la empresa, evitando errores que puedan afectar a los impuestos o a la toma de decisiones. Sin embargo, es habitual que surjan dudas sobre los pasos a seguir, los plazos o las diferencias entre el cierre contable y el fiscal.
Desde Perlado Asesores, como asesoría contable en Jerez, te explicamos de forma clara y práctica qué es el cierre contable, cuándo debe hacerse y cómo completarlo paso a paso para que tu empresa empiece el nuevo año con las cuentas en orden y con la tranquilidad de haber hecho las cosas bien.
¿Qué es el cierre contable anual?
El cierre contable anual es el proceso mediante el cual una empresa revisa y ajusta todas sus cuentas al finalizar el ejercicio económico, con el objetivo de determinar el resultado real del año: si ha habido beneficios o pérdidas.
En otras palabras, es el momento en el que se “ponen en orden” todos los ingresos, gastos, activos y pasivos para conocer la situación económica exacta del negocio. Este paso es esencial para preparar las cuentas anuales y cumplir con las obligaciones fiscales que derivan del ejercicio cerrado.
El cierre contable suele coincidir con el final del año natural, a 31 de diciembre, aunque algunas empresas pueden establecer un ejercicio diferente en sus estatutos.
Una vez cerrado, se elabora la contabilidad definitiva que servirá como base para el cierre fiscal y la presentación de impuestos como el Impuesto sobre Sociedades o el IVA anual.
De acuerdo con el Código de Comercio (artículos 34 y 35) y el Plan General de Contabilidad (PGC), todas las empresas están obligadas a llevar una contabilidad ordenada y a formular sus cuentas anuales al cierre del ejercicio. Este proceso no solo es un requisito legal, sino una herramienta imprescindible para analizar la evolución del negocio y planificar el siguiente año con información precisa.

¿Cuándo se realiza el cierre contable anual?
El cierre contable anual se realiza al finalizar el ejercicio económico de la empresa, que en la mayoría de los casos coincide con el 31 de diciembre. A partir de esa fecha, comienza el proceso de revisión, formulación y presentación de las cuentas anuales, con plazos claramente establecidos por la Ley de Sociedades de Capital.
1. Formulación de las cuentas anuales
El órgano de administración debe formular las cuentas en un plazo máximo de tres meses desde el cierre del ejercicio, es decir, hasta el 31 de marzo del año siguiente.
Estas cuentas incluyen el balance, la cuenta de pérdidas y ganancias, el estado de cambios en el patrimonio neto, el estado de flujos de efectivo (si procede) y la memoria.
2. Aprobación por la junta general
Una vez formuladas, las cuentas deben someterse a aprobación en la junta general ordinaria, que debe celebrarse dentro de los seis meses siguientes al cierre del ejercicio.
En la práctica, esto significa que las empresas suelen aprobar sus cuentas antes del 30 de junio.
3. Depósito en el Registro Mercantil
Tras su aprobación, las cuentas anuales deben depositarse en el Registro Mercantil dentro del mes siguiente, es decir, hasta el 31 de julio.
El incumplimiento de este paso puede derivar en sanciones y en el cierre registral, lo que impide inscribir nuevos actos o documentos de la sociedad.
En resumen, el cierre contable anual no termina el 31 de diciembre: continúa durante los primeros meses del año siguiente con una serie de pasos legales que aseguran la transparencia y la validez de la contabilidad de la empresa.
Pasos para realizar el cierre contable anual
El cierre contable anual implica revisar y ajustar toda la información financiera del ejercicio para obtener una imagen fiel de la situación económica de la empresa. A continuación, te explicamos los principales pasos que deben seguirse para realizarlo correctamente:
1. Revisión general de la contabilidad
Antes de cerrar las cuentas, es fundamental asegurarse de que todos los movimientos del ejercicio estén correctamente registrados: facturas emitidas y recibidas, cobros, pagos, nóminas, amortizaciones o gastos bancarios.
También es importante conciliar los saldos con los extractos bancarios, clientes y proveedores, para evitar descuadres posteriores.
2. Regularización de ingresos y gastos
En este paso se realiza el cierre de las cuentas de los grupos 6 y 7 del Plan General de Contabilidad (gastos e ingresos) para determinar el resultado del ejercicio.
El objetivo es dejar reflejado en una única cuenta el beneficio o la pérdida obtenida durante el año.
3. Ajuste de existencias y provisiones
Las existencias finales deben valorarse correctamente, teniendo en cuenta el inventario real de mercaderías, materias primas o productos terminados.
Del mismo modo, se deben ajustar las provisiones y los deterioros de valor de los activos, para reflejar pérdidas potenciales o gastos futuros.
4. Amortización y depreciación de activos
Los activos fijos (como equipos, mobiliario o maquinaria) pierden valor con el tiempo. Este proceso de depreciación debe registrarse como gasto a través de la amortización, aplicando los porcentajes establecidos por la normativa contable.
También debe considerarse la amortización de activos intangibles (como licencias o software).
5. Asiento de cierre
Una vez realizados todos los ajustes del ejercicio, llega el momento de registrar el asiento de cierre contable, el último movimiento que se realiza antes de iniciar el nuevo año.
Este asiento tiene como objetivo cerrar todas las cuentas de ingresos, gastos, activos y pasivos, de modo que los saldos queden a cero y la contabilidad del ejercicio quede completamente finalizada.
En la práctica, el proceso consiste en:
- Traspasar los saldos de las cuentas de ingresos (grupo 7) y gastos (grupo 6) a la cuenta de resultados (129), que reflejará el beneficio o la pérdida del ejercicio.
- Cerrar posteriormente todas las cuentas de activo y pasivo, dejando el libro mayor equilibrado.
- Preparar la apertura del nuevo ejercicio con un asiento de apertura, que recogerá los saldos iniciales procedentes del cierre anterior.
El asiento de cierre no es solo un trámite técnico: garantiza que la contabilidad del ejercicio esté completa y equilibrada, y permite disponer de una base sólida para elaborar las cuentas anuales y cumplir con las obligaciones fiscales sin errores.
6. Elaboración de las cuentas anuales
El último paso es la preparación de las cuentas anuales, que recogen toda la información económica y financiera del ejercicio.
Este documento será la base para el cierre fiscal y la presentación de los impuestos correspondientes, como el Impuesto sobre Sociedades o el IVA anual.
El cierre fiscal: modelos más importantes
El cierre contable y el cierre fiscal están estrechamente relacionados. Una vez ajustadas las cuentas y determinado el resultado del ejercicio, llega el momento de cumplir con las obligaciones tributarias ante la Agencia Tributaria (AEAT).
El cierre fiscal consiste en presentar los modelos anuales que resumen toda la actividad económica y financiera del año, de acuerdo con los datos reflejados en la contabilidad.
A continuación, resumimos los principales modelos fiscales que deben presentarse y su función:
Modelo | Concepto | Quién debe presentarlo | Plazo habitual |
200 | Impuesto sobre Sociedades | Sociedades y entidades con personalidad jurídica | Julio (dentro de los 25 días naturales siguientes a los 6 meses posteriores al cierre) |
390 | Resumen anual del IVA | Empresas y autónomos que declaran IVA trimestral o mensual | Enero |
190 | Resumen anual de retenciones del IRPF | Empresas que han retenido IRPF a trabajadores o profesionales | Enero |
180 | Retenciones por alquileres | Empresas o autónomos que pagan alquiler por locales u oficinas | Enero |
347 | Operaciones con terceros que superen 3.005,06 € | Empresas y profesionales con operaciones relevantes con clientes o proveedores | Febrero |
349 | Operaciones intracomunitarias | Empresas que compran o venden en la UE | Mensual o trimestral, según volumen |
Estos modelos son la traducción fiscal de la contabilidad: sus cifras deben coincidir con los datos reflejados en los libros contables y con el resultado del cierre. Por eso, una contabilidad bien revisada facilita enormemente la presentación de estos impuestos y evita discrepancias con Hacienda.
Errores frecuentes en el cierre contable anual
El cierre contable es un proceso que requiere atención al detalle. Un pequeño error puede alterar el resultado del ejercicio o provocar incidencias al presentar los impuestos. Estos son algunos de los errores más comunes que suelen detectarse al revisar las cuentas de final de año:
1. No conciliar bancos y saldos contables
Uno de los fallos más habituales es no comprobar que los saldos de las cuentas bancarias coincidan con los reflejados en la contabilidad.
Conciliar bancos, clientes y proveedores garantiza que todos los movimientos estén registrados correctamente y que no queden operaciones pendientes sin contabilizar.
2. Dejar facturas o gastos sin registrar
Es importante asegurarse de que todas las facturas emitidas y recibidas durante el ejercicio estén contabilizadas. Dejar un gasto fuera puede alterar el resultado final y afectar al cálculo del Impuesto sobre Sociedades o del IVA.
3. No realizar ajustes por periodificación
Los ajustes por periodificación permiten imputar a cada ejercicio solo los ingresos y gastos que realmente le corresponden. No hacerlo puede dar una imagen irreal del beneficio o pérdida del año.
4. No revisar amortizaciones ni provisiones
Omitir las amortizaciones o no actualizar las provisiones y deterioros puede desvirtuar la contabilidad. Estos ajustes son esenciales para reflejar correctamente el valor real de los activos y prever gastos futuros.
5. No comprobar los impuestos antes del cierre
Antes de realizar el asiento final, conviene revisar que todos los impuestos estén correctamente contabilizados: IVA, IRPF y retenciones. Esto facilita el cierre fiscal y evita diferencias entre la contabilidad y las declaraciones tributarias.
💡 Consejo de Perlado Asesores:
Antes de cerrar el ejercicio, dedica tiempo a revisar los movimientos bancarios, las facturas y los asientos pendientes. Una revisión minuciosa puede ahorrarte errores y sanciones por parte de Hacienda en el futuro.
Preguntas frecuentes sobre el cierre contable anual
¿Cuál es la diferencia entre el cierre contable y el cierre fiscal?
El cierre contable se centra en revisar y ajustar todas las cuentas de la empresa para determinar el resultado del ejercicio, mientras que el cierre fiscal consiste en presentar los modelos tributarios correspondientes ante la Agencia Tributaria. En otras palabras, el contable refleja la realidad económica del negocio y el fiscal traduce esos datos a efectos impositivos.
¿Cuándo debe hacerse el cierre contable anual?
El cierre contable se realiza al finalizar el ejercicio económico, normalmente el 31 de diciembre. A partir de esa fecha, la empresa dispone de tres meses (hasta el 31 de marzo) para formular las cuentas anuales y cumplir con los plazos de la Ley de Sociedades de Capital.
¿Qué ocurre si no se realiza correctamente el cierre contable?
Un cierre contable incorrecto puede generar errores en los impuestos, sanciones o dificultades para aprobar y depositar las cuentas anuales. Además, impide conocer con precisión la rentabilidad real del negocio, lo que complica la toma de decisiones financieras.
¿Puedo corregir errores después del cierre contable?
Sí, aunque depende del tipo de error. Si el fallo se detecta antes de la presentación de las cuentas anuales, puede corregirse mediante un asiento de ajuste. Si ya se han depositado las cuentas, será necesario presentar una reformulación o rectificación de las mismas.
¿Todas las empresas están obligadas a hacer el cierre contable?
Sí. Tanto las sociedades mercantiles como los autónomos en estimación directa deben llevar una contabilidad ordenada y realizar el cierre contable anual conforme al Código de Comercio y al Plan General de Contabilidad.
Revisar la contabilidad, ajustar los saldos y preparar correctamente las cuentas anuales permite no solo cumplir con la normativa, sino también tomar decisiones más informadas y evitar problemas fiscales en el futuro.
Realizar este proceso con tiempo, orden y precisión garantiza que los datos reflejen la realidad financiera de la empresa. Un cierre bien hecho es sinónimo de transparencia, control y buena gestión, pilares fundamentales para cualquier organización que aspire a crecer con estabilidad y confianza. ¿Crees que necesitas ayuda o no estás optimizando tus procesos como deberías? Puedes ponerte en contacto con nosotros y juntos buscaremos la mejor solución.